Un facsímil o facsímile (del latín fac simile, "hacer semejante"), como la propia palabra indica, está hecho a imagen y semejanza; es una copia casi idéntica del original.
Desde el equipo técnico de P.I.A.F., S.L., pretendemos emular los saberes y habilidades de aquellos monjes y escribas que nos legaron las más bellas páginas iluminadas, valiéndonos, en el capítulo de la fotografía, de los últimos adelantos de la tecnología digital, tratando de capturar todas las sutilezas y matices que nos ofrecen los más hermosos manuscritos depositados en las Bibliotecas de Madrid, Bolonia, Roma, San Petersburgo, París...
La elección del soporte que ha de contener tanta belleza y color nos obliga a una búsqueda constante de las innovaciones tecnológicas más vanguardistas para reproducir con exactitud, el tacto, ondulación y carteo de pergaminos y vitelas auténticas.
Uno de los procesos más delicado, es la reproducción exacta de cada uno de los colores que se usaron en estos bellos manuscritos. Para ello, usamos los medios tecnológicos más modernos para conseguir una corrección de color lo más exacta, comparando in situ las pruebas de color con el original, pasando después a la impresión de la obra con máquinas de hasta diez colores y programas tan innovadores como el estocástico, necesario e imprescindible para poder afrontar con éxito el desafío de la impresión de estos facsímiles.
Hermosa, sin duda, la estampación del oro y la plata de estos códices, que nosotros elaboramos con un delicado trabajo milimétrico de siluetas de cada imagen y después aplicadas por serigrafía o por calor a todas sus páginas o encuadernación hasta en los más mínimos detalles. Con ello nuestros facsímiles presentan en todo su esplendor la exuberancia del colorido total de los originales.
La elaboración de la encuadernación de nuestros facsímiles tiene toda la vivencia y sabiduría de los artesanos que en su día y momento encuadernaron los códices que hoy nosotros reproducimos, de manera totalmente artesanal, empleando para ello las mismas técnicas, cáñamos, cosidos, distribuciones de cuartetas, estampaciones del pan de oro, pieles, pergaminos, etc... y todos aquellos elementos, por mínimos que éstos sean, que intervinieron en la encuadernación de los manuscritos, creando con todo ello esa maravillosa sensación, que nos sobrecoge y sublima, de tener en nuestras manos un viejo códice medieval, con su proceso de envejecimiento, tanto en sus páginas interiores como en sus cubiertas.
Finalmente, acompañando al facsímil, editamos un libro estudio explicativo realizado por los mejores especialista de la materia, incluyendo una extensa historia sobre el manuscrito, ficha codicológica, estudio de miniaturas y texto.